Muchos maestros enseñan que en su vibración se resume la esencia de todas las enseñanzas espirituales
Los Mantras son vibraciones, sonidos, que al ser repetidos una y otra vez armonizan nuestra conciencia en sus planos más profundos y ayudan a que la mente se calme. De hecho, el origen de palabra Mantra proviene de las raíces en sánscrito, «man», que significa «mente», y «tra», que significa «liberación».
Dicho de otro modo: los Mantras son impulsos de la consciencia que nos protegen de aquello que se repite.
¿Y qué es eso que está constantemente repitiéndose?
Las preocupaciones, las dudas, los miedos, la oscilación entre el pasado y el futuro… que no son más que el rumiar repetitivo de una incesante actividad mental que no hace más que debilitarnos.
Fueron los sabios -o rishis– de la antigua India, quienes descubrieron que ciertos sonidos sagrados, al ser repetidos, además de calmar la mente producen una serie de notables beneficios que incluyen desde aumentar el poder de concentración, aliviar los miedos, alejarnos de las influencias negativas y elevar la vibración de nuestra consciencia, a la purificación de los nadis (los canales sutiles por donde circula el prana, o energía vital), el fortalecimiento del cuerpo físico y el sistema inmunológico, el florecimiento de las cualidades positivas y la recuperación de enfermedades.
Existen infinidad de mantras. Todos son igualmente, poderosos, sagrados y plenos de poder divino.
El mantra Om namah shivaya es uno de los más antiguos que existen (hay quienes hablan de 15 y hasta 20 mil años) y es también conocido como pancha-akshara (o cinco sílabas).
Cada una de las sílabas corresponde a uno de estos elementos: la sílaba na, el elemento tierra; la sílaba ma, el elemento agua; la sílaba shi, el elemento fuego; la sílaba vá, el elemento aire; y la sílaba ya, el elemento éter. Así, al cantarlo y escucharlo, todos los seres que están formados por estos elementos son honrados. Y al repetir sus cinco sílabas se purifican también los cinco elementos que componen el cuerpo.
En India se dice que si bien la Divinidad está en todas partes, al cantar Om Namah Shivaya es posible concentrar todo ese poder Divino en un único lugar. Y así, con la repetición del ancestral mantra, la luz Divina vibrará en cada una de nuestras células y brillará dentro de la mente y el corazón.
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